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VIVA LA MUJER DE PEPE
09 enero 2009
En el centro de España reina el descontrol y las masas, desorientadas y confusas ante el panorama de un Madrid cubierto de blanco, se han visto envueltas en un colapso general en toda la Comunidad.
Ante tal alarmante situación, la Señora Botella, delegada del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento madrileño, se ha apresurado a convocar un Gabinete de Crisis urgente con el fin de hallar lo más pronto posible la respuesta que explique el porqué de tal desastre climático.
El Gabinete de expertos, entre los que cabe al ilustre primo de Rajoy, no ha tardado en hallar el principal motivo de la increíble nevada que ha paralizado la vida madrileña, y así ha resumido Doña Ana Botella el detallado informe realizado a los medios:
"Es invierno, y en invierno nieva".
Profundas, inteligentes, precisas y apropiadas palabras, para una dura realidad.
Pongamos los vasos para brindar con la delegada Madrileña, del Area de Medio Ambiente.
VIVA LA MUJER DE PEPE
En el centro de España reina el descontrol y las masas, desorientadas y confusas ante el panorama de un Madrid cubierto de blanco, se han visto envueltas en un colapso general en toda la Comunidad.
Ante tal alarmante situación, la Señora Botella, delegada del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento madrileño, se ha apresurado a convocar un Gabinete de Crisis urgente con el fin de hallar lo más pronto posible la respuesta que explique el porqué de tal desastre climático.
El Gabinete de expertos, entre los que cabe al ilustre primo de Rajoy, no ha tardado en hallar el principal motivo de la increíble nevada que ha paralizado la vida madrileña, y así ha resumido Doña Ana Botella el detallado informe realizado a los medios:
"Es invierno, y en invierno nieva".
Profundas, inteligentes, precisas y apropiadas palabras, para una dura realidad.
Pongamos los vasos para brindar con la delegada Madrileña, del Area de Medio Ambiente.
JOSÉ ROSAS MORENO - POETA MEXICANO
(1838-1883)
Nació en Lagos de Moreno, estado de Jalisco, Cursó
sus estudios primarios en León, Guanajuato, e ingresó
en el colegio de San Gregorio de la ciudad de México.
Abrazó la causa liberal y fue perseguido por sus
opiniones. Después de la restauración republicana
figuró en varios períodos como diputado al Congreso
General. Fundó varios periódicos y desempeñó modestos
puestos públicos. Poeta de tono menor, su lírica
contiene dulzura y apacibilidad, nostalgia y suave
melancolía. Escribió también teatro infantil,
historias de México en verso y libros de lectura
para niñas y para niños. Una buena colección de sus
poemas se publicó en 1891 con el título de "Ramo de
violetas" con prólogo de Altamirano.
"La vuelta a la aldea" es uno de los últimos textos
plenamente románticos e indica algo de lo mucho que
suscitó la lectura de Becquer en los poetas mexicanos..
Además de poeta lírico fue uno de los que cultivaron
el drama con sentida preocupación artística.
A Rosas Moreno se le ha llamado "El poeta de la niñez".
Conceptuándolo como el mejor fabulista mexicano; sus
apólogos son los más notables que se han escrito
en México.
Alumno del colegio de San Gregorio, periodista
liberal, diputado y autor de las mejores fábulas
mexicanas ( 1872), Rosas Moreno escribió también
teatro infantil, historias de México en verso y
libros de lectura para niñas y para niños. En
una época de olvido y desprecio para su obra
estrenó una pieza sobre Sor Juana Inés de la Cruz
(1876). Sus mejores poemas se publicaron
póstumamente en "Ramo de violetas" (1891) con
prólogo de Altamirano. "La vuelta a la aldea" es
uno de los últimos textos plenamente románticos
e indica algo de lo mucho que suscitó la lectura
de Becquer en los poetas mexicanos. Por esta página
Rosas Moreno figura siempre y merecidamente,
en las antologías del Siglo XIX.
¡QUIÉN PUDIERA VIVIR SIEMPRE SOÑANDO!
Es la existencia un cielo,
cuando el alma soñando embelesada,
con amoroso anhelo,
en los ángeles fija su mirada.
¡Feliz el alma que a la tierra olvida
para vivir gozando!
¡Quién pudiera olvidarse de la vida!
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
En esa estrecha y mísera morada
es un sueño engañoso la alegría;
la gloria es humo y nada
y el más ardiente amor gloria de un día.
Afán eterno al corazón destroza
cuando los sueños ¡ay! nos van dejando.
Sólo el que sueña goza.
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
De su misión se olvidan las mujeres,
los hombres viven en perpetua guerra;
no hay amistad, ni dicha, ni placeres;
todo es mentira ya sobre la tierra.
Suspira el corazón inútilmente . . .
la existencia que voy atravesando
es hermosa entre sueños solamente.
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
Sin mirar el semblante a la tristeza,
pasé de la niñez a la dulce aurora,
contemplando entre sueños la belleza
de ardiente juventud fascinadora.
Pero ¡ay! se disipó mi sueño hermoso,
y desde entonces siempre estoy llorando
porque sólo el que sueña es venturoso.
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
EL VALLE DE MI INFANCIA
Salud, ¡oh valle hermoso!
Albergue de placer, donde dichoso
entre sueños espléndidos de amores,
vi deslizarse un día,
cual se desliza el agua entre las flores,
los dulces años de la infancia mía.
Valle umbroso, salud: hoy el viajero
tu abrigo lisonjero
busca ansioso con ávida mirada,
bendice la quietud de tus vergeles,
y reclina su frente ensangrentada
a la sombra feliz de tus laureles.
Aquí esta la montaña, allí está el río;
allá del bosque umbrío
la silenciosa majestad se admira;
allí el lago retrata el firmamento;
la fuente, más allá, lenta suspira,
y agitando los sauces gime el viento.
Allí la cruz está donde, inspirado,
el bien del desgraciado
imploraba con místico cariño,
elevando a los cíelos mis plegarias,
y estas agrestes rocas solitarias
las mismas son que amé cuando era niño.
Pero es otro el rocío, otra la brisa
que hoy el abril te da con su sonrisa;
otras las rosas son de encanto llenas
que brillan entre el césped de tu alfombra,
y otras, y otras también las azucenas
que crecen a tu sombra.
Cual las olas que pasan suspirando
los años van pasando;
un instante con flores se embellecen,
un punto brilla su fulgor mentido,
y al fin se desvanecen
en las oscuras sombras del olvido.
¿En dónde están ahora aquellas rosas
tan puras, tan hermosas?...
Están, ¡oh valle!, donde está la calma
de aquellos bellos días tan risueños;
en donde está mi amor, gloria del alma,
y en donde están también mis dulces sueños.
Yo era feliz aquí; yo me adormía
en plácida alegría,
por la dulce inocencia acariciado,
sin más amor que tú, sin otro anhelo
que amar tus flores y cruzar tu prado,
cantar tus fuentes y mirar tu cielo.
Una tarde las aves se alejaban,
y al ver como volaban,
sentí el alma agitarse en ansias locas
y quise, como el águila atrevida,
cruzar las selvas, dominar las rocas,
y aspirar otro ambiente y otra vida:
Y al huracán seguí; y al ver el mundo
sentí en el corazón horror profundo;
anhelé las tranquilas soledades
donde feliz reía,
y sentí que mi espíritu oprimía
la atmósfera letal de las ciudades.
Gozo y placer busqué, gloria y ventura;
y sólo hallé amargura,
inquietudes y afán, tedio y congojas;
del viento del dolor al soplo ardiente,
cual de tus bellos árboles las hojas,
se secó la guirnalda de mi frente.
En vano allí busqué la dulce calma
y el casto amor del alma:
sólo en la multitud con mis pesares
me confundí gimiendo,
y apagóse perdido entre el estruendo
el tímido rumor de mis cantares.
Esquivando el furor de la tormenta,
cual ave voy que el huracán ahuyenta,
y ansioso busco ahora
en tu silencio plácido y tranquilo,
el apacible asilo
donde al menos en paz el alma llora.
También, ¡oh valle!, a marchitar tus galas
la airada tempestad tiende sus alas;
tus flores huella y con furor se agita
marchitando sus vívidos colores...
¡Dichosas esas flores
que el huracán marchita!
Lejos contemplo ya la infancia mía,
y muy lejos la tumba todavía;
oculto afán me mata,
mi destino en la tierra es muy incierto,
y lúgubre a mi vista se dilata
inmenso el porvenir como un desierto.
Sin oír una voz dulce y querida,
solo estoy en el valle de la vida,
cual el ciprés doliente
que en eterno abandono se consume,
sin guirnaldas de hiedras en su frente,
sin que le dé una flor grato perfume.
Nadie piensa en mi amor, nadie me mira,
nadie por mí suspira;
tan sólo la tristeza con mis dolores gime,
y entre sus brazos trémula me oprime
y reclina en su seno mi cabeza.
E1 alma ardiente que en mi afán seguía
dulce hermana inmortal del alma mía,
me niega su ternura,
y sin oír mi queja,
insensible a mi amarga desventura,
sin enjugar mis lágrimas se aleja.
Ya que en vano la llamo cariñoso
para cruzar con ella el bosque umbroso,
para contarle amante mi querella
y dividir con ella mi alegría,
para soñar con ella
esta sombra de amor que dura un día.
A lo mejor gozar el alma quiere
en el sueño ideal que nunca muere,
del infinito anhelo
en que Dios le revela su destino,
la esperanza feliz del bien divino
con que existen las almas en el cielo.
Aquí morir quisiera
al rumor de tu brisa lisonjera;
pero ¡ay! delirio, mi ansiedad es vana
y el soplo sigo del destino airado...
¡Quién sabe en dónde me hallaré mañana!
¡Quién sabe en dónde moriré ignorado!
Queda en paz, dulce valle, umbroso asilo,
donde existe tranquilo,
plácido albergue de mi amor primero.
Ya va el sol ocultando sus fulgores,
y adiós te dice el infeliz viajero
empapando en sus lágrimas tus flores.
La vuelta de la aldea
Ya el sol oculta su radiosa frente;
Melancólico brilla en occidente
Su tímido esplendor;
Ya en las selvas la noche inquieta vaga
Y entre las brisas lánguido se apaga
El último cantar del ruiseñor.
¡Cuánto gozo escuchando embelesado
ese tímido acento apasionado
que en mi niñez oí!
Al ver de lejos la arboleda umbrosa
¡cuál recuerdo, en la tarde silenciosa,
la dicha que perdí!
Aquí al son de las aguas bullidoras,
De mi dulce niñez las dulces horas
Dichoso vi pasar,
Y aquí mil veces, al morir el día
Vine amante después de mi alegría
Dulces sueños de amor a recordar.
Ese sauce, ese fuente, esa enramada,
De una efímera gloria ya eclipsada
Mudos testigos son:
Cada árbol, cada flor, guarda una historia
De amor y placer, cuya memoria
Entristece y halaga el corazón.
Aquí está la montaña, allí está el río;
A mi vista se extiende el bosque umbrío
Donde mi dicha fue.
¡cuántas veces aquí con mis pesares
vine a exhalar de amor tristes cantares!
¡Cuánto de amor lloré!
Acá la calle solitaria; en ella
De mi paso en los céspedes la huella
El tiempo ya borró.
Allá la casa donde entrar solía
De mi padre en la dulce compañía.
¡Y hoy entro en su recinto sólo yo!
Desde esa fuente, por la vez primera,
Una hermosa mañana, la ribera
A Laura vi cruzar,
Y de aquella arboleda en la espesura,
Una tarde de mayo, con ternura
Una pálida flor me dio al pasar.
Todo era entonces para mi risueño;
Mas la dicha en la vida es sólo un sueño,
Y un sueño fue mi amor.
Cual eclipsa una nube al rey del día,
La desgracia eclipsó la dicha mía
En su primer fulgor.
Desatóse estruendoso el torbellino,
Al fin airado me arrojó el destino
De mi natal ciudad.
Así cuando es feliz entre sus flores
¡ay del nido en que canta sus amores
arroja al ruiseñor la tempestad.
Errante y sin amor siempre he vivido;
Siempre errante en las sombras del olvido...
¡Cuán desgraciado soy!
Mas la suerte conmigo es hoy piadosa;
Ha escuchado mi queja cariñosa,
Y aquí otra vez estoy.
No se, ni espero, ni ambiciono nada;
Triste suspira el alma destrozada
Sus ilusiones ya:
Mañana alumbrará la selva umbría
La luz del nuevo sol, y la alegría
¡jamás al corazón alumbrará!
Cual hoy, la tarde en que partí doliente,
Triste el sol derramaba en occidente
Su moribunda luz:
Suspiraba la brisa en la laguna
Y alumbraban los rayos de la luna
La solitaria cruz.
Tranquilo el río reflejaba al cielo,
Y una nube pasaba en blando vuelo
Cual pasa la ilusión;
Cantaba el labrador en su cabaña,
Y el eco repetía en la montaña
La misteriosa voz de la oración.
Aquí está la montaña, allí está el río...
Mas ¿dónde está mi fe? ¿Dónde, Dios mío,
Dónde mi amor está?
Volvieron al vergel brisas y flores,
Volvieron otra vez los ruiseñores...
Mi amor no volverá.
¿De qué me sirven, en mi amargo duelo,
de los bosques los lirios, y del cielo
el mágico arrebol;
el rumor de los céfiros suaves
y el armonioso canto de las aves,
si ha muerto ya de mi esperanza el sol?
Del arroyo en las márgenes umbrías
No miro ahora, como en otros días,
A Laura sonreír.
¡Ay! En vano la busco, en vano lloro;
ardiente en vano su piedad imploro:
¡jamás ha de venir!.
JOSÉ ROSAS MORENO - POETA MEXICANO
(1838-1883)
Nació en Lagos de Moreno, estado de Jalisco, Cursó
sus estudios primarios en León, Guanajuato, e ingresó
en el colegio de San Gregorio de la ciudad de México.
Abrazó la causa liberal y fue perseguido por sus
opiniones. Después de la restauración republicana
figuró en varios períodos como diputado al Congreso
General. Fundó varios periódicos y desempeñó modestos
puestos públicos. Poeta de tono menor, su lírica
contiene dulzura y apacibilidad, nostalgia y suave
melancolía. Escribió también teatro infantil,
historias de México en verso y libros de lectura
para niñas y para niños. Una buena colección de sus
poemas se publicó en 1891 con el título de "Ramo de
violetas" con prólogo de Altamirano.
"La vuelta a la aldea" es uno de los últimos textos
plenamente románticos e indica algo de lo mucho que
suscitó la lectura de Becquer en los poetas mexicanos..
Además de poeta lírico fue uno de los que cultivaron
el drama con sentida preocupación artística.
A Rosas Moreno se le ha llamado "El poeta de la niñez".
Conceptuándolo como el mejor fabulista mexicano; sus
apólogos son los más notables que se han escrito
en México.
Alumno del colegio de San Gregorio, periodista
liberal, diputado y autor de las mejores fábulas
mexicanas ( 1872), Rosas Moreno escribió también
teatro infantil, historias de México en verso y
libros de lectura para niñas y para niños. En
una época de olvido y desprecio para su obra
estrenó una pieza sobre Sor Juana Inés de la Cruz
(1876). Sus mejores poemas se publicaron
póstumamente en "Ramo de violetas" (1891) con
prólogo de Altamirano. "La vuelta a la aldea" es
uno de los últimos textos plenamente románticos
e indica algo de lo mucho que suscitó la lectura
de Becquer en los poetas mexicanos. Por esta página
Rosas Moreno figura siempre y merecidamente,
en las antologías del Siglo XIX.
¡QUIÉN PUDIERA VIVIR SIEMPRE SOÑANDO!
Es la existencia un cielo,
cuando el alma soñando embelesada,
con amoroso anhelo,
en los ángeles fija su mirada.
¡Feliz el alma que a la tierra olvida
para vivir gozando!
¡Quién pudiera olvidarse de la vida!
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
En esa estrecha y mísera morada
es un sueño engañoso la alegría;
la gloria es humo y nada
y el más ardiente amor gloria de un día.
Afán eterno al corazón destroza
cuando los sueños ¡ay! nos van dejando.
Sólo el que sueña goza.
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
De su misión se olvidan las mujeres,
los hombres viven en perpetua guerra;
no hay amistad, ni dicha, ni placeres;
todo es mentira ya sobre la tierra.
Suspira el corazón inútilmente . . .
la existencia que voy atravesando
es hermosa entre sueños solamente.
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
Sin mirar el semblante a la tristeza,
pasé de la niñez a la dulce aurora,
contemplando entre sueños la belleza
de ardiente juventud fascinadora.
Pero ¡ay! se disipó mi sueño hermoso,
y desde entonces siempre estoy llorando
porque sólo el que sueña es venturoso.
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
EL VALLE DE MI INFANCIA
Salud, ¡oh valle hermoso!
Albergue de placer, donde dichoso
entre sueños espléndidos de amores,
vi deslizarse un día,
cual se desliza el agua entre las flores,
los dulces años de la infancia mía.
Valle umbroso, salud: hoy el viajero
tu abrigo lisonjero
busca ansioso con ávida mirada,
bendice la quietud de tus vergeles,
y reclina su frente ensangrentada
a la sombra feliz de tus laureles.
Aquí esta la montaña, allí está el río;
allá del bosque umbrío
la silenciosa majestad se admira;
allí el lago retrata el firmamento;
la fuente, más allá, lenta suspira,
y agitando los sauces gime el viento.
Allí la cruz está donde, inspirado,
el bien del desgraciado
imploraba con místico cariño,
elevando a los cíelos mis plegarias,
y estas agrestes rocas solitarias
las mismas son que amé cuando era niño.
Pero es otro el rocío, otra la brisa
que hoy el abril te da con su sonrisa;
otras las rosas son de encanto llenas
que brillan entre el césped de tu alfombra,
y otras, y otras también las azucenas
que crecen a tu sombra.
Cual las olas que pasan suspirando
los años van pasando;
un instante con flores se embellecen,
un punto brilla su fulgor mentido,
y al fin se desvanecen
en las oscuras sombras del olvido.
¿En dónde están ahora aquellas rosas
tan puras, tan hermosas?...
Están, ¡oh valle!, donde está la calma
de aquellos bellos días tan risueños;
en donde está mi amor, gloria del alma,
y en donde están también mis dulces sueños.
Yo era feliz aquí; yo me adormía
en plácida alegría,
por la dulce inocencia acariciado,
sin más amor que tú, sin otro anhelo
que amar tus flores y cruzar tu prado,
cantar tus fuentes y mirar tu cielo.
Una tarde las aves se alejaban,
y al ver como volaban,
sentí el alma agitarse en ansias locas
y quise, como el águila atrevida,
cruzar las selvas, dominar las rocas,
y aspirar otro ambiente y otra vida:
Y al huracán seguí; y al ver el mundo
sentí en el corazón horror profundo;
anhelé las tranquilas soledades
donde feliz reía,
y sentí que mi espíritu oprimía
la atmósfera letal de las ciudades.
Gozo y placer busqué, gloria y ventura;
y sólo hallé amargura,
inquietudes y afán, tedio y congojas;
del viento del dolor al soplo ardiente,
cual de tus bellos árboles las hojas,
se secó la guirnalda de mi frente.
En vano allí busqué la dulce calma
y el casto amor del alma:
sólo en la multitud con mis pesares
me confundí gimiendo,
y apagóse perdido entre el estruendo
el tímido rumor de mis cantares.
Esquivando el furor de la tormenta,
cual ave voy que el huracán ahuyenta,
y ansioso busco ahora
en tu silencio plácido y tranquilo,
el apacible asilo
donde al menos en paz el alma llora.
También, ¡oh valle!, a marchitar tus galas
la airada tempestad tiende sus alas;
tus flores huella y con furor se agita
marchitando sus vívidos colores...
¡Dichosas esas flores
que el huracán marchita!
Lejos contemplo ya la infancia mía,
y muy lejos la tumba todavía;
oculto afán me mata,
mi destino en la tierra es muy incierto,
y lúgubre a mi vista se dilata
inmenso el porvenir como un desierto.
Sin oír una voz dulce y querida,
solo estoy en el valle de la vida,
cual el ciprés doliente
que en eterno abandono se consume,
sin guirnaldas de hiedras en su frente,
sin que le dé una flor grato perfume.
Nadie piensa en mi amor, nadie me mira,
nadie por mí suspira;
tan sólo la tristeza con mis dolores gime,
y entre sus brazos trémula me oprime
y reclina en su seno mi cabeza.
E1 alma ardiente que en mi afán seguía
dulce hermana inmortal del alma mía,
me niega su ternura,
y sin oír mi queja,
insensible a mi amarga desventura,
sin enjugar mis lágrimas se aleja.
Ya que en vano la llamo cariñoso
para cruzar con ella el bosque umbroso,
para contarle amante mi querella
y dividir con ella mi alegría,
para soñar con ella
esta sombra de amor que dura un día.
A lo mejor gozar el alma quiere
en el sueño ideal que nunca muere,
del infinito anhelo
en que Dios le revela su destino,
la esperanza feliz del bien divino
con que existen las almas en el cielo.
Aquí morir quisiera
al rumor de tu brisa lisonjera;
pero ¡ay! delirio, mi ansiedad es vana
y el soplo sigo del destino airado...
¡Quién sabe en dónde me hallaré mañana!
¡Quién sabe en dónde moriré ignorado!
Queda en paz, dulce valle, umbroso asilo,
donde existe tranquilo,
plácido albergue de mi amor primero.
Ya va el sol ocultando sus fulgores,
y adiós te dice el infeliz viajero
empapando en sus lágrimas tus flores.
La vuelta de la aldea
Ya el sol oculta su radiosa frente;
Melancólico brilla en occidente
Su tímido esplendor;
Ya en las selvas la noche inquieta vaga
Y entre las brisas lánguido se apaga
El último cantar del ruiseñor.
¡Cuánto gozo escuchando embelesado
ese tímido acento apasionado
que en mi niñez oí!
Al ver de lejos la arboleda umbrosa
¡cuál recuerdo, en la tarde silenciosa,
la dicha que perdí!
Aquí al son de las aguas bullidoras,
De mi dulce niñez las dulces horas
Dichoso vi pasar,
Y aquí mil veces, al morir el día
Vine amante después de mi alegría
Dulces sueños de amor a recordar.
Ese sauce, ese fuente, esa enramada,
De una efímera gloria ya eclipsada
Mudos testigos son:
Cada árbol, cada flor, guarda una historia
De amor y placer, cuya memoria
Entristece y halaga el corazón.
Aquí está la montaña, allí está el río;
A mi vista se extiende el bosque umbrío
Donde mi dicha fue.
¡cuántas veces aquí con mis pesares
vine a exhalar de amor tristes cantares!
¡Cuánto de amor lloré!
Acá la calle solitaria; en ella
De mi paso en los céspedes la huella
El tiempo ya borró.
Allá la casa donde entrar solía
De mi padre en la dulce compañía.
¡Y hoy entro en su recinto sólo yo!
Desde esa fuente, por la vez primera,
Una hermosa mañana, la ribera
A Laura vi cruzar,
Y de aquella arboleda en la espesura,
Una tarde de mayo, con ternura
Una pálida flor me dio al pasar.
Todo era entonces para mi risueño;
Mas la dicha en la vida es sólo un sueño,
Y un sueño fue mi amor.
Cual eclipsa una nube al rey del día,
La desgracia eclipsó la dicha mía
En su primer fulgor.
Desatóse estruendoso el torbellino,
Al fin airado me arrojó el destino
De mi natal ciudad.
Así cuando es feliz entre sus flores
¡ay del nido en que canta sus amores
arroja al ruiseñor la tempestad.
Errante y sin amor siempre he vivido;
Siempre errante en las sombras del olvido...
¡Cuán desgraciado soy!
Mas la suerte conmigo es hoy piadosa;
Ha escuchado mi queja cariñosa,
Y aquí otra vez estoy.
No se, ni espero, ni ambiciono nada;
Triste suspira el alma destrozada
Sus ilusiones ya:
Mañana alumbrará la selva umbría
La luz del nuevo sol, y la alegría
¡jamás al corazón alumbrará!
Cual hoy, la tarde en que partí doliente,
Triste el sol derramaba en occidente
Su moribunda luz:
Suspiraba la brisa en la laguna
Y alumbraban los rayos de la luna
La solitaria cruz.
Tranquilo el río reflejaba al cielo,
Y una nube pasaba en blando vuelo
Cual pasa la ilusión;
Cantaba el labrador en su cabaña,
Y el eco repetía en la montaña
La misteriosa voz de la oración.
Aquí está la montaña, allí está el río...
Mas ¿dónde está mi fe? ¿Dónde, Dios mío,
Dónde mi amor está?
Volvieron al vergel brisas y flores,
Volvieron otra vez los ruiseñores...
Mi amor no volverá.
¿De qué me sirven, en mi amargo duelo,
de los bosques los lirios, y del cielo
el mágico arrebol;
el rumor de los céfiros suaves
y el armonioso canto de las aves,
si ha muerto ya de mi esperanza el sol?
Del arroyo en las márgenes umbrías
No miro ahora, como en otros días,
A Laura sonreír.
¡Ay! En vano la busco, en vano lloro;
ardiente en vano su piedad imploro:
¡jamás ha de venir!.
JOSE FRANCISCO DE SAN MARTIN
Su padre, don Juan de San Martín y Gómez, había nacido en la Villa de Cervatos de la Cueza, en la provincia de Palencia, España, y era teniente gobernador del Departamento. Sirvió como militar a la corona española y fue el primer teniente gobernador de la Gobernación de las Misiones Guaraníes con sede en Yapeyú, creada para administrar las treinta misiones jesuíticas guaraníes, luego de que la orden fuera expulsada de América por el rey Carlos III en 1767.
Su madre, doña Gregoria Matorras del Ser, era sobrina de un gobernador de la Provincia colonial del Tucumán y conquistador del Chaco. Fue el menor de cinco hermanos: María Elena, Manuel Tadeo, Juan Fermín Rafael y Justo Rufino.
En 1781, cuando San Martín tenía 3 años, la familia se trasladó de Yapeyú a Buenos Aires, y desde aquí se trasladaron a España, embarcando rumbo a Cádiz el 6 de diciembre de 1783. San Martín comenzó sus estudios en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786. Allí aprendió latín, francés, castellano, alemán, baile, dibujo, poética, esgrima, retórica, matemática, historia y geografía.
Inició su carrera militar a los 11 años, en el regimiento de Murcia (1789), con el cual, a los trece años, tuvo su bautismo de fuego en el sitio de Orán (1791). Más tarde intervino en las guerras del Rosellón (1793), de las Naranjas (1804) y de Independencia, que le supusieron distintos ascensos hasta alcanzar el grado de teniente coronel. La Medalla de Oro de los Héroes de Bailén, premio militar español, otorgado a San Martín por Decreto de la Junta Suprema de Sevilla del 11 de agosto de 1808, en mérito a su acción en esta batalla ganada a los franceses, por la cual también fue ascendido a Teniente Coronel.
Tras esta fulgurante carrera y poco después de estallar la revolución emancipadora en América, San Martín, en 1811 renunció a su carrera militar en España.
Por intermedio de Lord Macduff obtuvo un pasaporte para viajar a Inglaterra, partiendo el 14 de septiembre de ese año para residir en el número 23 de la calle Park Road en el distrito de Westminster, en Londres.
Allí se encontró con compatriotas de la América española: Carlos María de Alvear, José Matías Zapiola, Andrés Bello y Tomás Guido, entre otros.
Todos estos personajes, formaban parte de la Gran Reunión Americana, sociedad de presuntas filiaciones masónicas, fundada por Francisco de Miranda quien, junto con Simón Bolívar, ya luchaba en América por la independencia de Venezuela.
En enero de 1812 San Martín se embarcó hacia Buenos Aires en la fragata inglesa George Canning. Fue recibido por los miembros del Primer Triunvirato, quienes le reconocieron su grado de teniente coronel. El 16 de marzo le pidieron que creara un cuerpo de caballería, que llamó Regimiento de Granaderos a Caballo, para custodiar las costas del río Paraná. Durante el año 1812 se ocupó de instruir a la tropa en las modernas técnicas de combate que conocía por su extensa actuación europea contra los ejércitos de Napoleón.
La primera acción militar de San Martín y su recién creado regimiento de granaderos a caballo, estuvo dirigida a frenar las incursiones de los realistas en las costas del río Paraná, principal afluente del Río de la Plata y vía de comunicación estratégica para la región.
San Martín se instaló con sus tropas en el convento de San Carlos, posta de San Lorenzo, en el sur de la provincia de Santa Fe. El 3 de febrero de 1813 y ante el desembarco de 300 españoles, se libró el Combate de San Lorenzo, casi frente al Convento, a orillas del río.
Cuando llegó a Buenos Aires la noticia de la victoria del Ejército del Norte en la batalla de Tucumán, comandado por Manuel Belgrano, San Martín dirigió un movimiento preparado por la Logia, con el objeto de derrocar al gobierno, al cual juzgaban poco decidido por la independencia. Bajo la presión de los cuerpos armados y del pueblo, se nombró el Segundo Triunvirato constituido por Juan José Paso, Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Álvarez Jonte. Se exigió, además, llamar a una Asamblea Suprema de delegados de todas las provincias, con el fin de declarar la independencia y dictar una constitución2 .
El 12 de noviembre de 1812, a los 34 años, contrajo matrimonio con María de los Remedios de Escalada, de 14 años, a pesar de la oposición de la familia de ésta, quien lo consideraba un "soldadote".
En Mendoza José de San Martín se dedicó a organizar el ejército libertador, con el que se propuso invadir Chile cruzando la cordillera de los Andes, la mayor hazaña militar americana de todos los tiempos. Superadas las cumbres andinas, el 12 de febrero de 1817 derrotó al ejército realista al mando del general Marcó del Pont en la cuesta de Chacabuco, y el 14 entró en Santiago de Chile. La Asamblea constituida proclamó la independencia del país y le nombró director supremo, cargo que declinó en favor de O'Higgins.
San Martín viajó a Buenos Aires a fin de solicitar lo necesario para la campaña del Perú. Sin embargo, lo que recibió fue la oferta de intervenir directamente en las disputas internas del país, cosa que rechazó. Mientras tanto, las fuerzas patriotas habían sido completamente derrotadas en Cancha Rayada por el ejército realista de Osorio.
De nuevo en Chile, San Martín reorganizó las desmoralizadas tropas criollas. El General concibió la idea, que luego realizaría con éxito, de cruzar la Cordillera de los Andes.
El 12 de enero de 1817 se inició el Cruce de los Andes en dirección a Chile y atacar la ciudad de Lima desde el mar. Para mantener segura la frontera del norte, pensaba San Martín, bastaban las tropas irregulares salteñas al mando del general Martín Miguel de Güemes, a quien encargó la defensa de la frontera norte y comenzó a preparar una futura estrategia militar.
Dejó brevemente el mando del ejército al general Francisco Fernández de la Cruz, retirándose a Saldán, provincia de Córdoba, para reponerse de una úlcera estomacal. Allí mantendría conversaciones con su amigo Tomás Guido, en las que lo convencería de la necesidad de independizar la región desde Chile, y venció a Osorio en los llanos de Maipú, el 5 de abril de 1818, asegurando de este modo la libertad chilena.
En seguida inició la campaña de Perú (1820), que culminó con la proclamación de la independencia peruana (1821) y su designación como protector, cargo que aceptó hasta la total pacificación del país. Celebró una entrevista con Bolívar en Guayaquil (1822), donde ambos patriotas trataron el futuro del continente, San Martín renunció al Protectorado peruano y se retiró de la vida pública, embarcándose hacia Europa (1824). En 1827 regresó a Buenos Aires, pero no llegó a desembarcar. Afectado por las luchas fratricidas que enfrentaban a sus compatriotas, marchó de nuevo a Europa, radicándose en Francia.
Héroe de la independencia americana. fue con Simón Bolívar una de las personalidades más destacadas de la guerra de emancipación americana.
JOSE FRANCISCO DE SAN MARTIN
Su padre, don Juan de San Martín y Gómez, había nacido en la Villa de Cervatos de la Cueza, en la provincia de Palencia, España, y era teniente gobernador del Departamento. Sirvió como militar a la corona española y fue el primer teniente gobernador de la Gobernación de las Misiones Guaraníes con sede en Yapeyú, creada para administrar las treinta misiones jesuíticas guaraníes, luego de que la orden fuera expulsada de América por el rey Carlos III en 1767.
Su madre, doña Gregoria Matorras del Ser, era sobrina de un gobernador de la Provincia colonial del Tucumán y conquistador del Chaco. Fue el menor de cinco hermanos: María Elena, Manuel Tadeo, Juan Fermín Rafael y Justo Rufino.
En 1781, cuando San Martín tenía 3 años, la familia se trasladó de Yapeyú a Buenos Aires, y desde aquí se trasladaron a España, embarcando rumbo a Cádiz el 6 de diciembre de 1783. San Martín comenzó sus estudios en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786. Allí aprendió latín, francés, castellano, alemán, baile, dibujo, poética, esgrima, retórica, matemática, historia y geografía.
Inició su carrera militar a los 11 años, en el regimiento de Murcia (1789), con el cual, a los trece años, tuvo su bautismo de fuego en el sitio de Orán (1791). Más tarde intervino en las guerras del Rosellón (1793), de las Naranjas (1804) y de Independencia, que le supusieron distintos ascensos hasta alcanzar el grado de teniente coronel. La Medalla de Oro de los Héroes de Bailén, premio militar español, otorgado a San Martín por Decreto de la Junta Suprema de Sevilla del 11 de agosto de 1808, en mérito a su acción en esta batalla ganada a los franceses, por la cual también fue ascendido a Teniente Coronel.
Tras esta fulgurante carrera y poco después de estallar la revolución emancipadora en América, San Martín, en 1811 renunció a su carrera militar en España.
Por intermedio de Lord Macduff obtuvo un pasaporte para viajar a Inglaterra, partiendo el 14 de septiembre de ese año para residir en el número 23 de la calle Park Road en el distrito de Westminster, en Londres.
Allí se encontró con compatriotas de la América española: Carlos María de Alvear, José Matías Zapiola, Andrés Bello y Tomás Guido, entre otros.
Todos estos personajes, formaban parte de la Gran Reunión Americana, sociedad de presuntas filiaciones masónicas, fundada por Francisco de Miranda quien, junto con Simón Bolívar, ya luchaba en América por la independencia de Venezuela.
En enero de 1812 San Martín se embarcó hacia Buenos Aires en la fragata inglesa George Canning. Fue recibido por los miembros del Primer Triunvirato, quienes le reconocieron su grado de teniente coronel. El 16 de marzo le pidieron que creara un cuerpo de caballería, que llamó Regimiento de Granaderos a Caballo, para custodiar las costas del río Paraná. Durante el año 1812 se ocupó de instruir a la tropa en las modernas técnicas de combate que conocía por su extensa actuación europea contra los ejércitos de Napoleón.
La primera acción militar de San Martín y su recién creado regimiento de granaderos a caballo, estuvo dirigida a frenar las incursiones de los realistas en las costas del río Paraná, principal afluente del Río de la Plata y vía de comunicación estratégica para la región.
San Martín se instaló con sus tropas en el convento de San Carlos, posta de San Lorenzo, en el sur de la provincia de Santa Fe. El 3 de febrero de 1813 y ante el desembarco de 300 españoles, se libró el Combate de San Lorenzo, casi frente al Convento, a orillas del río.
Cuando llegó a Buenos Aires la noticia de la victoria del Ejército del Norte en la batalla de Tucumán, comandado por Manuel Belgrano, San Martín dirigió un movimiento preparado por la Logia, con el objeto de derrocar al gobierno, al cual juzgaban poco decidido por la independencia. Bajo la presión de los cuerpos armados y del pueblo, se nombró el Segundo Triunvirato constituido por Juan José Paso, Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Álvarez Jonte. Se exigió, además, llamar a una Asamblea Suprema de delegados de todas las provincias, con el fin de declarar la independencia y dictar una constitución2 .
El 12 de noviembre de 1812, a los 34 años, contrajo matrimonio con María de los Remedios de Escalada, de 14 años, a pesar de la oposición de la familia de ésta, quien lo consideraba un "soldadote".
En Mendoza José de San Martín se dedicó a organizar el ejército libertador, con el que se propuso invadir Chile cruzando la cordillera de los Andes, la mayor hazaña militar americana de todos los tiempos. Superadas las cumbres andinas, el 12 de febrero de 1817 derrotó al ejército realista al mando del general Marcó del Pont en la cuesta de Chacabuco, y el 14 entró en Santiago de Chile. La Asamblea constituida proclamó la independencia del país y le nombró director supremo, cargo que declinó en favor de O'Higgins.
San Martín viajó a Buenos Aires a fin de solicitar lo necesario para la campaña del Perú. Sin embargo, lo que recibió fue la oferta de intervenir directamente en las disputas internas del país, cosa que rechazó. Mientras tanto, las fuerzas patriotas habían sido completamente derrotadas en Cancha Rayada por el ejército realista de Osorio.
De nuevo en Chile, San Martín reorganizó las desmoralizadas tropas criollas. El General concibió la idea, que luego realizaría con éxito, de cruzar la Cordillera de los Andes.
El 12 de enero de 1817 se inició el Cruce de los Andes en dirección a Chile y atacar la ciudad de Lima desde el mar. Para mantener segura la frontera del norte, pensaba San Martín, bastaban las tropas irregulares salteñas al mando del general Martín Miguel de Güemes, a quien encargó la defensa de la frontera norte y comenzó a preparar una futura estrategia militar.
Dejó brevemente el mando del ejército al general Francisco Fernández de la Cruz, retirándose a Saldán, provincia de Córdoba, para reponerse de una úlcera estomacal. Allí mantendría conversaciones con su amigo Tomás Guido, en las que lo convencería de la necesidad de independizar la región desde Chile, y venció a Osorio en los llanos de Maipú, el 5 de abril de 1818, asegurando de este modo la libertad chilena.
En seguida inició la campaña de Perú (1820), que culminó con la proclamación de la independencia peruana (1821) y su designación como protector, cargo que aceptó hasta la total pacificación del país. Celebró una entrevista con Bolívar en Guayaquil (1822), donde ambos patriotas trataron el futuro del continente, San Martín renunció al Protectorado peruano y se retiró de la vida pública, embarcándose hacia Europa (1824). En 1827 regresó a Buenos Aires, pero no llegó a desembarcar. Afectado por las luchas fratricidas que enfrentaban a sus compatriotas, marchó de nuevo a Europa, radicándose en Francia.
Héroe de la independencia americana. fue con Simón Bolívar una de las personalidades más destacadas de la guerra de emancipación americana.
LOSANTOS ACUMULA SENTENCIAS EN 2008
Losantos hace que la Cope tiemble, ya que su lenguaje habitual es bastante agresivo, hasta el punto de que para algunos resulta injurioso y motivo de querella. Tanto en el caso del alcalde de Madrid como en el del SUP el trasfondo ha sido la trama del 11-M. El locutor acusó a la policía de ‘inventar la trama islamista' de los atentados de Madrid y falsear pruebas para ocultar a los verdaderos autores de la masacre. Los comisarios Juan Jesús Sánchez Manzano y Rodolfo Ruiz, con el apoyo del Sindicato Profesional de Policía, también se han querellado contra Losantos por el mismo motivo, se les acusó de falsear pruebas del 11-M
A Gallardón se refirió así: 'Lo repito, alcaldín, 200 muertos, 1.500 heridos y un golpe brutal para echar a tu partido del Gobierno. Te da igual, Gallardón, con tal de llegar tú al poder'. Además, le llamó 'traidor, bandido, farsante redomado y lacayo de la oposición', quien decidió llevarle a los tribunales por injurias.
Losantos llamó como testigos de su parte en el juicio a compañeros de partido de Gallardón como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el secretario general, Ángel Acebes, y el ex portavoz parlamentario del PP Eduardo Zaplana. Ninguno utilizó el juicio para criticar al alcalde de Madrid y, por el contrario, defendieron que el regidor no traicionó la línea del PP en torno a la investigación del 11-M.
En otro orden de cosas, Losantos se enfrenta a otra querella esta vez interpuesta por el Doctor Montes, del servicio de urgencias del Severo Ochoa. En este caso, Losantos siguió acusando a Montes de las supuestas sedaciones irregulares en este hospital cuando la justicia ya había archivado el caso. En esto le acompañan algunos colegas, entre ellos Pedrojota, que ha defendido a Losantos en esta ocasión.
También ha defendido a Losantos Alfonso Ussía, que criticó al presidente de la APM, Fernando González Urbaneja, por decir que Losantos se había situado un poco más allá del periodismo.
LOSANTOS ACUMULA SENTENCIAS EN 2008
Losantos hace que la Cope tiemble, ya que su lenguaje habitual es bastante agresivo, hasta el punto de que para algunos resulta injurioso y motivo de querella. Tanto en el caso del alcalde de Madrid como en el del SUP el trasfondo ha sido la trama del 11-M. El locutor acusó a la policía de ‘inventar la trama islamista' de los atentados de Madrid y falsear pruebas para ocultar a los verdaderos autores de la masacre. Los comisarios Juan Jesús Sánchez Manzano y Rodolfo Ruiz, con el apoyo del Sindicato Profesional de Policía, también se han querellado contra Losantos por el mismo motivo, se les acusó de falsear pruebas del 11-M
A Gallardón se refirió así: 'Lo repito, alcaldín, 200 muertos, 1.500 heridos y un golpe brutal para echar a tu partido del Gobierno. Te da igual, Gallardón, con tal de llegar tú al poder'. Además, le llamó 'traidor, bandido, farsante redomado y lacayo de la oposición', quien decidió llevarle a los tribunales por injurias.
Losantos llamó como testigos de su parte en el juicio a compañeros de partido de Gallardón como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el secretario general, Ángel Acebes, y el ex portavoz parlamentario del PP Eduardo Zaplana. Ninguno utilizó el juicio para criticar al alcalde de Madrid y, por el contrario, defendieron que el regidor no traicionó la línea del PP en torno a la investigación del 11-M.
En otro orden de cosas, Losantos se enfrenta a otra querella esta vez interpuesta por el Doctor Montes, del servicio de urgencias del Severo Ochoa. En este caso, Losantos siguió acusando a Montes de las supuestas sedaciones irregulares en este hospital cuando la justicia ya había archivado el caso. En esto le acompañan algunos colegas, entre ellos Pedrojota, que ha defendido a Losantos en esta ocasión.
También ha defendido a Losantos Alfonso Ussía, que criticó al presidente de la APM, Fernando González Urbaneja, por decir que Losantos se había situado un poco más allá del periodismo.
......HISTORIA DE LOS HINOJOSOS.....
El contenido de este blog esta publicado bajo licencia Creative Commons.
Situado en plena Mancha Alta, en lo que antes era del Priorato de Ucles, que se extendía hasta el Guadiana, cerca del antiguo camino de Andalucía a Cataluña cuya ruta más próxima va desde Campo de Criptana, El Toboso, Los Hinojosos, Hontanaya, etc., por lo que no se descarta sea: "El lugar de La Mancha...... ", del que Cervantes no quiso acordarse. Lo que nadie pondrá en duda es que se encuentra en plena ruta del Quijote, y que todos los hinojoseños nos sentimos orgullos y amantes de nuestros ancestros.
Su término municipal tiene una superficie de 113,95 km2., y una población de 1.076 habitantes.
El origen de Los Hinojosos se inicia con los iberos y celtíberos, ya que se han hallado vestigios de sus utensilios y construcciones, ejemplo de estas es el Templo Fálico de piedra conservado en unas condiciones óptimas en lo que hoy llamamos el Santo de la Hontanilla, aunque su fundación documentada, se inicia con la tribu de los Olcades, indómitos guerreros, que contribuyeron a la derrota de Viriato(180 a. C. a 139 a. C.), aunque la información de estos primeros pueblos es escasa, casi se limita a la referencia de la amistad con el famoso general cartaginés Aníbal y a la derrota del lusitano Viriato. Grupo mas numeroso y que habitó nuestras tierras fueron los carpetanos que ocuparon las tierras comprendidas entre la cuenca del Tajo y las cuencas de los ríos Cigüela y Záncara.
La Orden de Santiago fue una orden religiosa y militar creada en el siglo XII en el Reino de León. Entre 1157 y 1230, la dinastía real se dividió en dos ramas opuestas, por lo que la rivalidad tiende a oscurecer los inicios de la Orden. Dos ciudades lucharon por obtener el honor de ser la sede de la Orden, León, en el reino de ese nombre, y Uclés en el antiguo reino de Castilla, siendo esta última ciudad la que ostentó la sede principal de la Orden de Santiago, por donación de Alfonso VIII. El Rey, descontento de la actuación de los caballeros de San Juan, que administraban desde 1163 el castillo de Uclés, entregó dicho castillo a los de Santiago, para que defendiesen la comarca de los ataques musulmanes.
El acto tuvo lugar, con toda solemnidad, en Arévalo, el 9 de enero de 1174. En presencia de los magnates del reino, prelados y nobles, Alfonso VIII, en unión con su esposa Leonor de Inglaterra, entregaba el castillo y la villa de Uclés, con todas sus tierras, viñas, prados, pastizales, arroyos, molinos, pesquerías, portazgos, entradas y salidas, a don Pedro Fernández, maestre de Santiago.Una vez liberada de los musulmanes toda la zona manchega, se inicia la repoblación de aquellos lugares que han quedado prácticamente despoblados.
En la repoblación de la Mancha tiene gran influencia el Infante Don Juan Manuel, nacido el año 1282, hijo del Infante Don Manuel hermano del rey Alfonso X El Sabio. Recibe Don Juan, por herencia de su padre, el Señorío de Villena y con él la tarea de su repoblación.
La influencia de las Ordenes Militares en el siglo XII y sucesivos, llevan a la extraña, paradójica y curiosa partición del pueblo de Los Hinojosos en dos.La división de el Hinojoso, acaeció en el año 1.232, cuando el obispo de Cuenca, don Gonzalo, por mandato del rey de Castilla, Fernando III, procedió a cerrar la frontera entre los concejos de Uclés y Alarcón, desde la Sierra de Almenara hasta las Mesas Rubias. Don Gonzalo tomó como linea divisoria desde la Sierra de Almenara el camino que unía las poblaciones de Hontanaya hasta Las Mesas Rubias. Como este camino atravesaba el Hinojoso, esta población quedó divida en dos. A lo largo de la linea fronteriza, puso cuatro mojones principales, situados: el 1º en la peña del final de la sierra de Almenara o Jabalmeña, el 2º se colocó en la confluencia del camino de Guzquez con el camino fronterizo, el 3º en el pozo existente en el centro del pueblo de Hinojoso y el 4º en el pozo de la Puebla del Aljibe. El Señor Obispo dispuso que al recorrer la linea divisoria de norte a Sur lo que quedase a la derecha pertenecería al Priorato de Uclés y lo de la izquierda al Concejo de Alarcón. La línea fronteriza coincidía exactamente por el centro del pozo señalizándose con una piedra alargada, dirección norte sur, que dividia la boca del pozo en dos, para su utilización por el lado derecho por los habitantes de Hinojoso de la Orden y por la parte izquierda por los habitantes del Hinojoso del Marquesado, de igual manera que quedó dividido El Hinojoso en dos poblaciones. Todo lo que queda a la izquierda de la divisoria caminando hacia el sur, pertenecería al Concejo de Alarcón de ahí el nombre de Hinojoso del Marquesado (Señorío de Villena) y todo lo de la derecha al Priorato de Uclés perteneciente a la Orden de Santiago, llamándose Hinojoso de la Orden.
Hinojoso del Marquesado siguió perteneciendo al Concejo de Alarcón.Alfonso XI consigue romper las alianzas con Aragón y ataca el señorío desde Cuenca y Murcia. Don Juan Manuel (se reconcilia con el rey pero poco después vuelve a pactar con Aragón, donde finalmente tiene que exiliarse tras una nueva derrota del rey. En 1348 muere Don Juan Manuel y le sucede su hijo Don Fernando que también fallece a los pocos años y lo mismo ocurrirá con su hija Doña Blanca, que hereda el señorío siendo una niña bajo la tutela del caballero Don Iñigo López de Orozco. Doña Blanca, que era la esposa de Enrique de Trastámara, no llega a gobernar directamente y además muere muy pronto, en 1360, desapareciendo con ella los herederos del señorío y éste pasa a ser nuevamente propiedad de la Corona. En 1386 tuvo lugar la constitución de la Hermandad del marquesado de Villena. Alfonso de Aragón sería el primer Marqués de Villena, una vez designado ese rango de señorío.
CASTILLO VIEJO El Marquesado de Villena, llegó a pertenecer al Rey Juan I de Navarra, quien comprometió en matrimonio a su hija Blanca con Enrique IV de Castilla, incluyendo en la dote matrimonial el Marquesado de Villena.La parte santiaguista o Hinojosos de la Orden, desde el 4 de marzo de 1353 formó parte del Común de la Mancha junto con Villamayor, la Puebla de Don Fadrique, Quintanar, Villanueva de Alcardete, Miguel Esteban, Campo de Criptana, Pedro Muñoz, Mota del Cuervo, Santa María de los Llanos, Socuéllamos y Tomelloso, y las tierras hasta Guadiana, gracias al infante D. Fadrique que como Maestre de La Orden de Santiago, otorga el Privilegio del Común de la Mancha, garantizando en dicho documento a una serie de prebendas y exenciones a todas las poblaciones arriba mencionadas, todas ellas situadas entre los ríos Cigüela y Guadiana.
Desde el siglo XIV el Hinojoso de la Orden perteneció a la provincia llamada de la Mancha y no a la de Cuenca. No es hasta las reformas liberales de 1833, reinando de Isabel II esta tenía 3 años de edad, por lo que ostentaba la Regencia María Cristina, su madre, cuando pasa a formar parte de la provincia conquense.A continuación transcribo literalmente la referencia a nuestro pueblo o pueblos según el:
Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal, en su tomo IV, editado en el año 1.826 y escrito por el Doctor Don Sebastián de Miñano, individuo de la Real Academia de la Historia, y de la Sociedad de Geografía de París editado en el año 1.826 con el real permiso en Madrid: Imprenta de Pieperat-Peralta, plazuela del cordón n, 1., ( transcripción de su portada).
Página 464
HINOJOSO DEL ORDEN, V. Ord. de España, provincia de la Mancha, partido de Villanueva de los Infantes, priorato de Uclés, A. O., 400 vecinos, 1.758 habitantes, 1 parroquia, 1 pósito. Sit. en una llanura y una sola calle la separa del pueblo de Hinojosos del Marquesado, siendo un pozo divisorio. Produce granos, aceite, vino, azafrán y anís. Dist. 18 leguas de la capital, 17 de la cabeza de part., 20 de Madrid, 5 de Alcazar de San Juan, 52 de Granada. Contr. 9003 rs. 4 mrs.
HINOJOSOS DEL MARQUESADO, L. S. de España, provincia y obispado de Cuenca, partido de San Clemente. A. P. 272 vecinos, 1.347 habitantes, 1 parroquia, 1 pósito. Esta población está separada de Hinojosos de la Orden por una sola calle y un pozo que hay entre las dos: ambas en terreno llano que produce granos, vino y aceite. Dist. 6 leguas de la cabeza de part., en cuyo intermedio se hallan Monreal y Belmonte. Contribuye 6,321 reales 11 maravedis. Derechos enagenados (sic) 1.792 rs. 17 mrs.En la actualidad es un solo pueblo, con un solo ayuntamiento, resultado de la unión de los dos pueblos separados caprichosamente por los señores feudales.
BIBLIOGRAFIA:
FRAILE IZQUIERDO, Cesáreo. "Mis Recuerdos" Ed.H.de H. 1941.
RUBIO MOYA, José María. "Crónicas de un pueblo". Los Hinojosos, 2002.
ANTONIO IZQUIERDO ORTEGA
Nació en Los Hinojosos (Cuenca) el 22 de Julio de 1943.
Aficionado a la pintura desde su más temprana edad, ganó un primer premio de la Delegación de Cuenca en 1960,y a continuación obtiene un Accésit en la exposición "Molinos Tradicionales" de Belmonte (Cuenca) en 1967. Momento en el cual puede decirse que inició su carrera artística.
Se traslada a Madrid para ampliar sus conocimientos y realizó su preparación en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Madrid.
Ha participado en diversas exposiciones tanto individuales como colectivas, cosechando infinidad de premios.
Como muestra de sus obras os presentamos su "AUTORRETRATO".
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Y el gran mural al óleo que regaló a Los Hinojosos, la obra “CRISTO AL AMANECER”.
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Este gran mural puede ser admirado en la Iglesia de San Bartolomé (El Marquesado) , donde se encuentra expuesto desde su donación, y que aquí a la derecha podéis admirar aunque sea en tamaño reducido.
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EXPOSICIONES COLECTIVAS: CONCURSOS NACIONALES MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA. MADRID 1975. EXPOSICIÓN HOMENAJE A MANUEL DE FALLA GALERIA DE ARTE PASSAGALI Madrid 1976. XXXI SALÓN DE ARTE PUERTOLLANO (CIUDAD REAL) EN 1980. 1ª BIENAL DEL TAJO ALCAZAR DE TOLEDO EN 1980. 49 SALÓN DE OTOÑO JARDINES DE CECILIO RODRIGUEZ RETIRO. MADRID 1981..
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Conversando con el añorado Alcalde de Madrid D. Enrique Tierno Galván "El Viejo Profesor" en esta exposición. SALÓN BELLAS ARTES JARDINES DE CECILIO RODRIGUEZ RETIRO. MADRID EN 1982..
El alcalde de Madrid D. Enrique Tierno Galvan, inaugurando la exposición "SALONES DE OTOÑO" en el Salón Bellas Artes de Madrid, de muy larga tradicción artística y pictórica. En el recorrido por la exposición, admira los cuadros, deteníendose, lógicamente, en los que más le agradaban.En esta instantánea se aprecia el interés mostrado por el "Viejo Profesor", por el cuadro del lateral izquierdo titulado."A LA VEJEZ CARACOL", un mendigo de Madrid con la casa a cuestas, impresionado tanto por el colorido, como por el tema tan humano logrado con tanto realismo, dándole la enhorabuena a nuestro admirado artista Antonio.
50 SALÓN DE OTOÑO CENTRO CULTURAL DE LA VILLA DE MADRID EN 1983.
Nuevamente se ve a nuestro amigo Antonio siendo felicitado por D. Enrique Tierno Galván, en este nuevo salón de arte.
54 SALÓN DE OTOÑO CENTRO CULTURAL DE LA VILLA DE MADRID EN 1987. CERTAMEN SAN ISIDRO PATIO DE CRISTALES DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID EN 1989..
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CATÁLAGOS DE EXPOSICIONES
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EXPOSICINES INDIVIDUALES: SALA DE ARTE Y ESTUDIO A. IZQUIERDO C/. SANTA BRIGIDA Nº 23 MADRID 1969. EXPOSICIÓN PERMANENTE DESDE 1969 HASTA 1.984. EDITORA NACIONAL. MADRID EN 1976. AYUNTAMIENTO DE CALPE (ALICANTE) EN 1978 Y 1979. CAJA DE AHORROS DE CALPE (ALICANTE) EN 1980. CAJA DE AHORROS DE MADRID EN 1981. CAJA DE AHORROS DE CALPE (ALICANTE) EN 1982. CAJA DE AHORROS DE CUENCA Y CIUDAD REAL EN CUENCA AÑO 1983. 10 AÑOS DE PINTURA CASA DE CULTURA DE CUENCA EN 1984 ASOCIACIÓN AMIGOS DE NAVALCARNERO (MADRID) EN 1984. SALA ALCON C/. INFANTAS Nº 27 MADRID DESDE 1983 AL 1990. SALA DE ARTE Y ESTUDIO A. IZQUIERDO Paseo de Santa MARIA de la CABEZA 57 MADRID 1990 EXPOSICIÓN PERMANENTE desde 1990 al 2008. EXPOSICION FERIA DE MADRID RECINTO FERIAL JUAN CARLOS I MADRID EN 2002. FERIA DEL MUEBLE Y LA DECORACIÓN PABELLON DE CRISTAL. MADRID 2002. CASINO DE JUEGO GRAN MADRID TORRELODONES (MADRID) EN 2003.Muestra de carteles promocionales de distintos simposios y conferencias:
FRONTIERS OF FUDAMENTAL PHYSICS EIGHTH INTERNATIONAL SYMPOSIUM. MADRID EN 2006.
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Muestra de diseño de portadas de diversos libros y publicaciones, tanto nacionales como internacionales:COVER IMAGE COUTESY OF THE MASS BOOM BY ANTONIO IZQUIERDO ORTEGA EN 2006.
En la foto, "Entrega del libro del Mass Boom", Antonio Izquierdo lo recibe de manos de D. Antonio Alfonso Faus.
Antonio Alfonso Faus es Doctor Ingeniero Aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid, y Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas por la Universidad de Minnesota, Estados Unidos. Actualmente es catedrático en la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Aeronáutica y Director del Departamento de Aerotécnia de la Universidad Politécnica de Madrid.
Ha trabajado como investigador en las organizaciones ESRO, NASA, INTA y en varias universidades extranjeras en Europa y en América.Ha construido un modelo de la interacción del viento solar con la Luna, la estela lunar, que luego se observó con el satélite Americano Explorer 35. También ha desarrollado un modelo del campo magnético interplanetario, resolviendo el problema del punto sónico así como la corrotación del viento solar. Ha calculado la pérdida de momento cinético del sol así como explicado la rotación de los planetas por efecto del viento solar primario.
Ha construido una teoría de cuantos de gravedad, conectada a lo que él denomina el Mass Boom del Universo, que explica el fenómeno gravitatorio introduciendo además nuevas fórmulas para las expresiones de la entropía en general, y en particular para los agujeros negros. En la actualidad y desde hace varios años, investiga la variación de las constantes físicas con el tiempo cosmológico, habiendo desarrollado un nuevo modelo del Universo.Presidente del comité de organización del congreso.
"FRONTIERS OF FUNDAMENTAL PHYSICS EIGHTH INTERNATIONAL SYMPOSIUM. MADRID SPAIN 2006" AULA DE CONFERENCIAS DEL PARANINFO DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID EN 2006. Exposición de Ventanas Espaciales Aula de conferencias. Paraninfo Universidad Politécnica de Madrid Octubre del 2006..
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Antonio Izquierdo Ortega, cambiando impresiones sobre la exposición de ventanas espaciales, con el astronauta Pedro Duque Duque, madrileño de nacimiento, personaje conocido universalmente.Pequeña muestra de sus variados bodegones.
SU OBRA SE ENCUENTRA DISEMINADA EN IMPORTANTES COLECCIONES EN ESPAÑA Y EL EXTRANJERO.
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E-MAIL: antonioizquierdoortega@gmail.com .
TLF. 91 4749798 Móvil 649918458
ANTONIO IZQUIERDOPEQUEÑA MUESTRA DE SU GRAN OBRA:
IGLESIA DE SAN BARTOLOME.
CASTILLO DE BELMONTE.
COMENTARIOS A SU OBRA:
Artista manchego que lucha por escalar cimas altas en la endiablada orografía de la pintura española actual. Dominador de todas las técnicas pictóricas, tal vez por haber rumiado el modo de hacer de los grandes maestros en muchos años de copista diestro. Es posible que sus dispersiones se deban, tanto a su larguras de oficio como a sus inquietudes de artista. Su pintura es el producto de constante estudio y trabajo, destacando la armonía de la composición y la sensibilidad de su obra.
ANTONIO COBOS.
Crítico de Arte del diario “YA”.La obra de ANTONIO IZQUIERDO, no estática, en plena evolución, nos ofrece la frescura, la búsqueda, de lo sencillo y de lo puro, haciéndonos sentir el refugio de nuestra soledad. Es fácil sintonizar con sus vivencias emocionales, nos coloca en sitio que él ha querido sentir y reflejar y nos lo quiere hacer sin deformaciones ni rebuscamientos, de una manera diáfana y pura. Su andadura pictórica camina sin burbujas secretas, arraigada en el sentimiento, y bien merece ser contemplada.
JESÚS MOLINERO REY.
Pintor surrealista, simbólico y testimonial.ANTONIO IZQUIERDO; Un pintor que embellece la realidad que nos rodea. Sus dedos aprisionan el pincel y poco a poco nos vemos inmersos en un atardecer otoñal en las riberas del manzanares. Un mundo de matices dorados se extiende ante nuestros ojos. Podemos sentir el tibio sol y el crujir de nuestras pisadas sobre Las hojas secas. Su sensibilidad artística capta detalles que Pasarían desapercibidos a la más sofisticada de las cámaras.
Lola M. CERRADA.
LA VOZ DE ARGANZUELA.